Marcelo Araya, actualmente editor de “Mucho Gusto” en Mega, visita el Instituto Nacional para compartir con el Taller de Periodismo sus experiencias en la televisión, recordando sus tiempos en “Informe Especial” y en “Historia Policial”, sin dejar de lado sus opiniones personales sobre cada experiencia vivida.
Por Diego Becerra
-Mientras fue periodista de Informe especial… ¿Cuánto viajó?
-Uff… Mucho realmente, mira, Santiago Pavlovic debe ser el rey de los viajes, pero después de él estoy yo [risas] […] debo haber viajado más de ochenta veces.
-¿En esos viajes estuvo en situaciones de riesgo?
-Claro, estuve en la Guerra del Golfo, corriendo peligros de secuestro por las FARC, en el Medio Oriente. Incluso un día amenazaron con dispararnos, por suerte, con algunas explicaciones nos dejaron en libertad.
-¿Vio imágenes crudas?
-Si, hace poco, con esto de los mineros, íbamos viajando a la mina San José en un camino no muy seguro y la camioneta que iba delante de nosotros se volcó, y yo iba con un camarógrafo que además es bombero, entonces, al ver que era una camioneta de España, le dije “bájate a filmar esto” y me dijo “No, yo tengo el deber de ir a ayudarlos” y yo le repetí “No, oye, soy tu jefe, bájate y filma” y no lo hizo [risas].
También en medio de la guerra vimos como una bomba caía cerca de nuestro auto en el camino y mataba a ocho personas, todo de frente. Aquí también entra el tema de la ética.
-¿Hasta qué punto la ética deja trabajar a los periodistas?
-Eso es un tema complicado porque se supone que el periodista sólo comparte la noticia, él no se debería involucrar en ella.
-¿Era complicado trabajar en Informe Especial durante la dictadura?
-Si. Generalmente nos teníamos que aferrar a los temas sociales, no podíamos pensar en criticar la política de ese tiempo, además que teníamos a una persona de las Fuerzas Armadas que revisaba nuestro material y que era capaz de tirar todo un reportaje a la basura si éste implicaba algún tipo de ofensa o contradicción al Gobierno.
-Entonces ¿Había censura?
-Si. Nos ponían pitos cuando hablábamos y tapaban las imágenes de fondo. Una vez hice un reportaje sobre el Hospital Paula Jaraquemada y sus negligencias. Y, en ese tiempo estaba la Armada a cargo de la salud y cuando llegaron a revisar el reportaje dijeron que no les gustó, igualmente salió al aire pero cuando yo hablaba sonaba, por ejemplo, “Este es el Hospital PIIIIII“y el edificio salía borrado en la parte de atrás.
-¿Hizo alguna vez algo para evitar que su trabajo sea desechado?
-SI. Una vez escapé con una copia de un reportaje cuando vino este “inspector” a ver le material, y volví al estudio cuando ya se habían ido.
-¿Cómo se sintió al cambiar de un canal como Chilevisión a uno muy distinto como Mega?
-Claro que fue un cambio, incluso cuando me llamaron y me dijeron que me querían como editor de Mucho Gusto me extrañé, porque no es la misma línea que yo sigo. Entonces, no fui muy confiado a la reunión para arreglar si trabajaba o no ahí, pero me dijeron que sabían como trabajaba y que querían a alguien que se enfocara en el ámbito familiar, por lo que decidí arriesgarme.
-¿Y cómo se siente trabajar como editor de un programa, en cambio de trabajar como reportero en terreno como lo hacía antiguamente?
-Bueno, es diferente, pero como siempre en la vida uno va subiendo cargos en el trabajo, no puedes quedarte como empezaste para siempre, se trata de ir subiendo.
Luego de la entrevista el periodista abandonó el salón, no sin antes compartir con los muchachos de “La voz Institutana”
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